jueves, 19 de enero de 2012

El diario de la Sra. Leonowens. (Anna y el Rey)


    
  ¡Vaya! son las seis de la mañana y yo todavía sin pegar ojo. Vivo sólo y no duermo casi nunca. Una mezcla de preocupaciones, hambre, frío y este dichoso pijama que me ajusta la costura de la entrepierna demasiado, me han provocado otra noche más de insomnio. Así que decido levantarme y voy a la nevera para echar un trago de leche directamente del tetrabrick, justo como a mi madre disgustaba tanto...¡je! recuerdo que me soltaba unos pescozones que hacían que la leche terminara "esturreada" por doquier. Ya no se que hacer, no creo que vuelva a dormir, he probado leer, ver el tele-tienda, visitar páginas de Internet para adultos...para adultos guarros, hacer abdominales, flexiones de brazos, flexiones de brazos para adultos guarros...es que estoy muy sólo..he llevado a cabo hasta el ingenuo truco de contar ovejas, pero creo que amén de haberme convertido en un potentado del ganado ovino imaginario, solo he conseguido deshacer la cama a conciencia, con los ojos bien abiertos; si al menos tuviese un perro que me ayudase a pastorearlas.... ¿y si las ovejas no van conmigo? a lo mejor necesito algo más fuerte como contar tigres de Bengala...Tendré que esperar a la noche siguiente para lanzarme en esa piscina de sabanas a bucear en el lago morfeo, creo yo.
    Falta una hora y media sólo para que suene el despertador, ¡tengo una idea! subiré al desván a curiosear los viejos baúles de mi abuelo el Coronel.
    El desván es el sitio más sucio de la casa. Después de heredarla hice que me la revisarán entera y me dijeron que en dicho desván tenía ratas, a lo que yo conteste-¡pues claro! ¿donde quiere que las tenga? ¿en el salón?. No obstante hoy no he visto ninguna, lo cual puede deberse a que ya no hay ratas, a que se han acostado a dormir (¡jodidas!, ellas seguro que pueden), o a que mis gafas se han quedado en la mesita junto a la cama.
     Es el típico desván de película de terror, donde despúes de las actividades paranormales de todo tipo  que ocurren en la casa, se descubre que el misterioso espíritú que se manifiesta, habita en el desván, por que allí falleció encadenado décadas atrás, dado que en vida, su familia se avergonzaba de exhibirlo -ya fuera por padecer alguna afección mental, deformidad, ser hijo ilegítimo, ser un recalcitrante activista del derecho al voto de los animales en plena era decimonónica cuando ni las mujeres osaban ejercer esa demanda, o el inventor de un extraño aparejo parecido a un teléfono y que sobre una bañera arrojaba un sin fin de microchorros de agua para el aseo personal  diario...¡que locura, en pleno siglo diecinueve ducharse a diario!....para encerrarlo-...pues en mi desván no había espíritus, además yo no creo en esas cosas ni las temo...el hecho de haber visto mi imagen de refilón al pasar junto al espejo del abuelo y haber dado un brinco descomunal ha sido un mero ejercicio para tonificar mi musculatura.



     Por fin he llegado a la gran maleta y me he puesto de rodillas junto a ella, en el frontal hay escrita una enigmática palabra "SUITCASE"...pensé que está era la maleta del coronel...¿quien será ese tal Suitcase?...Abro la maleta y rebusco, en su interior he encontrado, varios vestidos de mujer, al parecer de principios del siglo veinte, pololos, un par de zapatos tipo Mary Poppings, un sombrero victoriano, y varias prendas más, libros de texto escolares superantiguos, varias carpetas, cartas amarillentas, una barra de labios dura como una piedra , unas rosquillas de centeno de siglo y medio de antigüedad, y...un diario...


...en su portada dice ANNA LEONOWENS. Me recuesto en el viejo diván de terciopelo, saboreando una deliciosa rosquilla de centeno (además de centenaria) que casualmente se conserva en perfecto estado, y ojeo el enigmático documento. En su interior, páginas y páginas manuscritas, un par de cartas y tres fotos en blanco y negro. La primera es de una mujer vestida a la victoriana sobre un fondo blanco, la segunda es la misma mujer rodeada de un montón de críos chinos de ojos enormes que miran a la cámara con expresión bobalicona, la tercera es de un "chinaco" cuarentón, vestido a la occidental pero del siglo "la pera"...con casaca y ropa de gala y un porte mayestático sentado junto a una mesita de tomar el té...le da un aire al actor americano aquel..¿como se llamaba? Yul Brynner creo,..a ese, o a Pep Guardiola...a uno de esos dos seguro...¿quien sería la señora Leonowens?¿tendría algo que ver con ese tal Suitcase? ¿ y el chino estirado?¿seria conocido del Coronel? ¿sería el tal Suitcase? ¿seria el abuelo de Guardiola?...?Conocía el abuelo a Guardiola?¿por que no me dejó en herencia ningún autógrafo de Pep?...

    Muchos interrogantes se abrían ante mi y todo aquel manuscrito..se encontraba escrito en otro idioma...al parecer inglés...yo no había aprendido mucho inglés en el internado, allí aparte de ser un gran onanista, se me daba bien dibujar y me dedicaba a dibujar escenas erótico-festivas durante las clases, como las que hice del padre Julian con Sor Jacinta en mi libreta de apuntes; menudo escándalo se montó, todos querían saber si era algo que yo había imaginado o lo había visto.Por supuesto dije que lo había inventado todo lo cual no tuvo nada que ver con la larga ristra de meritosos sobresalientes que el Padre Julián me puso desde ese momento en adelante je, je. Pero el caso es aunque en el internado realmente no aprendí nada, si que  aprendí que en internét está todo, incluido el traductor de Google, así que me lancé con el diario al piso de abajo donde tenía el ordenador...al cabo de una hora tenía un par de páginas traducidas, el contenido era bastante curioso...  
    En crujientes y olorosas páginas macilentas una sinuosa y floreada escritura hecha a plumín y tinta  china, explicaba la historia que a continuación se desgrana en distintos fragmentos. Permítanme proceder...bueno un momento que se me ha colgado el "google traslator"...Okey ¡ya está!...bueno ¡vaya!..otra vez se ha colgado... ¡malditas compañias de internét! al vecino  al que le estoy pirateando la "wi fi" se va a enterar...vale ahora...
 
    Lunes 18  de Julio de 1862

   Atravesando el golfo Malayo con dirección a Siam a bordo del vapor Peppeluisse Clermont II. Mi hijo Louis esta mañana se puso demasiado pesado y tuve que sacarlo temprano a cubierta para que estirara las piernas y jugara un rato al water-cricket; ayer permanecimos en nuestros aposentos y llegó incluso a trepar por las paredes como un geco, comenzando a comerse las polillas que merodeaban alrededor de la lampara a rápidos lengüetazos. Un niño necesita espacio para desvocarse de vez en cuando o si no se volverá loco.  
    El capitán me ha vuelto a recorrer de arriba a abajo con esa mirada grosera como si yo fuese un suculento muslo de pollo asado con salsa de miel. Mañana no saldré de mi camarote sin volver a vestir de luto y esas enaguas gruesas que aumentan tanto la cadera y el corsé de la abuela que me hincha la cintura y me hace parecer el torso plano, como la pala del horno de un panadero. ¡Nada más que me faltaba eso!... parecer atractiva a esta panda de estultos y rufianes . El género masculino no acaba nunca de demostrarme su naturaleza abyecta.  

    Martes 19 de Julio de 1862

    Mi hijo de nueve años me ha mirado antes de salir del camarote y me ha dicho..."mamá ¿te puedes poner algo más moderno?...que ya estamos en los sesenta, pareces una vieja". Le he mirado satisfecha de haber conseguido el efecto deseado... pero le he castigado sin tortitas en el desayuno. ¿como se a atrevido a llamarme vieja?... Una fuerte lluvia monzónica a azotado el barco antes de llegar a puerto. Prácticamente hemos desembarcados bajo un diluvio y nuestras ropas se han empapado. 
    Mientras en la prefectura comprobaban mis documentos y equipaje, las ballenas ya un poco viejas y oxidadas de mi vestido, han comenzado a arquearse cediendo de su encaje, y el corset se ha acartonado poniendose rígido rompiendo los cordones. El funcionario me miraba extrañado como turbada ponía cara de terror e indisposición mientras yo notaba que todas las contenciones de mi cuerpo cedían bajo un estrépito metálico. Ropa demasiado vieja. Ojalá aquí me paguen lo suficiente como para poder costearme un atuendo según marca los cánones de nuestra amada reina Victoria. Me muero por visitar una de esas tiendas londinenses llamadas "Victoriana´s Secret" y comprarme unos pololos modernos y unas enaguas esculturizantes...¡mmmmh!, como me gustaría tener uno de esos Corset-Bra...
     Louis ha empezado a reírse de mi destartalada pinta y en un descuido del funcionario siamés le he dado un "slap" (nota del traductor: pescozón o colleja que antaño cuando no existían la figura del defensor del menor,servía como correctivo, como los que me daba mi madre por beber la leche del tetra-brick )
El hombre se giró al escuchar el  "slap" y me indicó donde estaba el tocador de señoras y también que de mi traslado a la corte del Rey lo haría una comitiva que esperaban en la puerta del edificio. Louis estuvo una semana más sin comer tortitas en el desayuno...

¡Un momento!¿Rey? ¿que Rey?...¿este documento es real? ¿había un Rey en Siam? y los siameses..¿no son esos tíos que están unidos a su gemelo por algún punto de su cuerpo? ¡aaahh!... ya me voy haciendo una idea de donde salió Pep Guardiola...y como de Rey se quedó el otro..el se quedó de Entrenador del Barça..todo encaja...

Miércoles 20 de julio de 1862 

    Tras una dura marcha a través de carreteras lodosas, llanuras, arrozales y selva, se abre el cielo para dejar salir un maravilloso sol y también se abrió la selva para mostrarnos el fabuloso complejo palaciego del Rey con sus jardines y palacios, fuentes, estanques, barcos, plazas, cenadores, comedores, almuerzadores, torres, cúpulas, casas, adosados, bungalows, etc...

Cientos de vasallos, esclavos, pajes, aguadoras, sirvientes, sacerdotes,abaniqueros...salieron a recibir a la alta eminentísima Nodriza que vendría a educar a los vástagos reales  de Siam en la moderna y civilizada cultura occidental. Pero al bajar del carruaje vieron a un escurrido bulto femenino de ropas mojadas y deformes que portaba una mujer picada por millares de insectos, que atraídos por la novedad de mi foráneo cutis vinieron a él a picar, morder, libar o simplemente a posar sus urticantes patas produciendo enrojeciminto y prúrito para asegurarse así, de que los nativos no quedaran acongojados de la sublime magnificiencia británica...si casi me vino bien, por que suavizo el impacto cultural. 
    Mi pelo acorde a los colores capilares de mi país semejaba un brezal arbustivo desecado. Todos los asistentes en formación ante mi,  al verme se mostraron impertérritos, y esbozaron sonrisas orientales auntomáticas -eso si forzadas- para hacer después una reverencia agachándose y que no viese como por lo bajini, se decían unos a otros entre dientes si la civilización y la barbarie eran tan diferentes, y que si el Rey no podía haberse conformado con una pordiosera vietnamita que estaba más cerca y seguro que cobraría menos.
   Un hombre moreno envuelto en la que parecía una bata médica púrpura bordada con florones y colibries se dirigió a mi muy educadamente y me dijo que se llamaba Chow Yun-Fat y que era el chambelán de la corte. Me indicó que le siguiera hasta mis aposentos para descansar ,tomar un baño si lo deseaba, y prepararme pues esta noche conocería al Rey. ¿Asearme, prepararme, vestirme?...hubiera besado los pies de aquel hombre, aunque aun no sabía si tenían costumbre de lavárselos.
    Tras varias horas de revolver baúles, planchar vestidos, baños con sales, refriegas, cremas, apósitos, maquillaje y una genial asistente siamesa llamada Usun yun que resultó ser una peluquera de lo más "chic" -expresión que ahora no significa nada pero seguro que dentro de unos años hará furor- salí de mi estancia dejando a Louis con la asistente, que insistió en cuidarlo y en enseñarle a cazar grillos y enjaularlos en unas graciosas jaulas que parecían pagodas, aunque  Louis insistía en ejecutarlos. El Chambelán me acompañó al comedor Real alabando mi aspecto, incluso durante un segundo hubiera jurado que me había mirado también como a un suculento muslo de pollo asado con salsa de miel, curiosamente en esa ocasión no me lo tomé a mal...



    El despertador sonó en mi habitación, avisándome de que me despertase para asearme, vestirme, desayunar, hacer una hora de cola en un atasco de tráfico y entrar en el trabajo. De repente cobré conciencia  de algo; al saber de la descripción de los palacios de ese Rey, y del modo de vida que llevaría a todo tren ese tipo me percaté de cual era mi problema en la vida....pensé: "Claro...¿trabajando como voy a llegar a ser Rey y vivir como este menda?...ese tio es "REY",...trabajan los otros; no él.;..los demás le trabajan, le rinden tributo, honores y pleitesía...está clarísimo...mi error en la vida es...trabajar...tengo que hacer lo contrario...así que paso del despertador, hoy no voy a ningún lado"... me dije y seguí concentrado en la lectura...

 ...fue al llegar a la antesala del comedor real cuando el chambelán me pidió que esperase mientras me anunciaba, cuando me percaté que el Rey Mongkut de Siam cenaba plácidamente con sus 45 esposas todos dispuestos en una larga mesa avituallada con los más ricos manjares tropicales, que las mujeres picoteaban despreocupadamente, mientras eran  flanqueadas por una legión de criados que iban y venían trayendo y llevando de todo, en una rica sala ornamentada con cuadros de marcos dorados, tapices, lámparas de araña, y estatuas de cristal, jade y mármol, todo ello dispuesto entre gigantescos ventanales abiertos al río, donde se veían las lucecitas de cientos de pequeñas embarcaciones iluminadas con antorchas cuyos ocupantes cantaban canciones a capela acompañadas por el sonido de platillos, flautines, timbales y sonajeros. 
    Las comensales parecían discutir con el monarca, sin querer escuchar, pude oír su conversación dado el tono elevado y lo estridente de las voces orientales. Al parecer había un motivo de descontento general, por que el Rey no cumplía con sus "deberes conyugales". No se estaba respetando el "cuadrante de amor", como lo llamaban y algunas acusaban a otras de estar acaparando noches que no le correspondían. El tono se encendió un par de veces e incluso algunas bayas tropicales llegaron a volar por encima de la mesa de modo violento. El Rey trataba infructuosamente de poner paz entre ellas pero era obvio que a esas instancias de la corte la confianza daba asco pues el respeto que mostraba todo el país ante esa temible figura, no era reproducido por sus esposas. La más veterana de ellas se puso en pié y ordenó silencio añadiendo a continuación que la culpa de todo era del Rey Mongkut. Todas obedecieron a la matriarca y miraron inquisitivamente al Rey. Este se encogió de hombros y les dijo que la culpa era de sus doctores, que no le estaban suministrando Ginseng de buena calidad...que tal vez debería hacer volver al doctor Bradley y sus pastillitas azules y que obviamente la medicina occidental era más eficaz... 
    El chambelán llegó a la altura del Rey y se le acercó al oído susurrándole algo. Al Monarca se le congeló el rictus. Miró a lo lejos para verme en la distancia esperando en la sala contigua. Creo que maldijo el día que ordenó a sus esposas hablar en inglés en la corte para parecer más cosmopolitas. Las mujeres se percataron y cuchichearon entre si. A continuacion cosa que ya había visto antes a todos les cambió el rostro y me dirigieron esa sonrisa oriental activada por resorte, haciendome gestos para que me adentrara en la sala y les acompañase. 
    El tono cambió y todos gesticulaban y se comportaban con un porte mayestaticamente digno, preguntándome cosas sobre Inglaterra y los países que había visitado. La velada fue muy agradable, después de informar a las esposas del Rey sobre los usos modisticos imperantes en occidente el Monarca las despidió a todas a sus dormitorios, no sin antes prometer que pasaría a darles un beso y las "buenas noches" a cada una, y tmabién que algún día las llevaría a el país llamado "Londres", para que  pudieran visitar la tienda "Victoriana secret´s" de la que yo tan bién les había hablado, y así poder  cambiar nuestras civilizadas enaguas y pololos, por sus salvajes tangas de tirilla, prenda  esta que obviamente estaba condenada a la extinción . Mogktu idespués, insitió en entrevistarse conmigo en su gabinete a solas. 
    Su apariencia cambió. Su actitud impotente ante sus exigentes esposas se trocó en una postura arrogante y firme con los brazos en jarras, mirada severa y casaca de flores bordadas con oro, abierta orgulloso de su "torsolampiñez". Incluso  forzaba la voz para que parececiese más grave. Pidió disculpas por la escena que había presenciado e insistió en que él no tenía ningún problema de virilidad; simplemente es que estaba muy estresado últimamente. Yo le indiqué que lo comprendía dado que poseía cuarenta y cinco esposas, y el me respondió -como disculpándose- que ya sabía que cuarenta y cinco parecían muy pocas, pero es que las ciento setenta y siete concubinas que tenía, además, también podían llegar a ser muy exigentes y molestas, y que aunque debería avergonzarse -pues por su edad debería rendir mejor- no había conseguido aun estar con más de quince o dieciséis  mujeres al día. Yo tuve que contener la turbación y bochorno que me producía escuchar todo aquello. Aquellas gentes hablaban con toda naturalidad de esas cosas. Que lejos estaban aun de ser personas civilizadas. 
   El Rey me indicó que un Doctor occidental había trabajado en la corte pero que se marchó el año pasado. Había enseñado inglés a sus esposas y había cuidado de su salud muy bien. Los médicos siameses celosos, no cesaban de criticarlo y finalmente el hombre, harto de las envidias, se marchó a un pais que se llamaba algo parecido a Quemasdá,  Canastá o Canadá, su majestad no lo recordaba bien.
    Pero ahora, él quería que sus trescientos catorce hijos se educaran a la occidental  también, y por eso me había llamado. ¡Trecientos catorce! ...yo nunca había tenido en un aula a más de veinte niños...Le indiqué mis reservas de poder realizar tamaña proeza y mi apuro por la cantidad de trabajo que supondría .Pero él supo tranquilizarme mostrándome un documento, en el se detallaban los que iban a ser mis Emolumentos. En unos años saldría de allí rica, y la realeza Siamesa hablando un Inglés con acento de  "la city"...sólo había una cosa que me molestó de todo aquello. Durante todo nuestro encuentro, el Rey no me miró ni una sola décima de segundo como si yo fuese un suculento muslo de pollo con salsa de miel, ni siquiera como a un dietético brote de soja...

 ¡Que ciego había estado!...yo era como el Capitán de ese vapor. Cuando miraba a una mujer como a un delicioso muslo de pollo, lo único que lograba era una respuesta de repulsión. En cambio si dejaba de ser un trabajador y me convertía en Rey, mi indiferencia hacia una hermosa mujer, produciría en ella molestia y recelo por que la deseara. Me había dado cuenta de dos cosas importantes. En esta vida trabajando no llegaría a ser nada. Y que si eres importante como un chamabelán, el presidente del Barça, o un Rey ,lo tienes todo. Así que adopté un porte digno y altivo, al tiempo que elevaba mis manos...y  daba un par de palmadas para que alguien me vistiese y me sirviesen el desayuno...


Nota: Siento que sea un rollazo. Pero me piden que publique y que publique sin cobrar nada, ni dar tiempo a que la inspiración me venga (ni la expiracion tampoco). Así que de vez en cuando toca una de estas BAZOFIAS. Ustedes disculpen. Glutth Eohgordho

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